jueves, 4 de marzo de 2010

El abuelo (2) La Mortaja

El destino quiso que su vida se deslizara apaciblemente, hacia el crepúsculo y provisoriamente designó a su esposa como albacea de los bienes conyugales y dispuso que al morir se le amortaje con el hábito franciscano y sobre su cuerpo se colocase el manto de su familia.
Era costumbre de entonces amortajar al difunto con el hábito Franciscano,-con el hábito puesto se ganaba un rinconcito en el cielo, caso contrario se iba derechito al purgatorio.
Pero sucedió algo extraño en esta historia; después que el cadáver del abuelo, fue velado un día y una noche se dispuso su entierro; pero cuando los cargadores estaban por meterlo al foso, quiso la casualidad que la tapa del ataúd se abriera y lo que encontraron dentro, horrorizo a los contritos acompañantes…
Años después murió la abuela. Los familiares al buscar entre sus pertenencias encontraron el bendito habito, y la amortajaron en él - enviándola derechito al cielo-.

martes, 2 de marzo de 2010

El abuelo (1)

Un día de invierno el abuelo predijo que moriría en otoño, y acertó porque murió al año siguiente.

El día de su muerte al pasar por el cuarto del abuelo encontré la puerta abierta, temerosamente me acerque y entre…Un gran espejo con bordes dorados, me dio la bienvenida, una silla y pocos objetos rodeaban el ambiente y sobre una gran alfombra la abuela amortajaba su cuerpo.
Después que su cuerpo fue colocado sobre el ataúd, que tenía guardado para esta ocasión tan especial, fue llevado al bosque seco.
Era costumbre de entonces velar el cadáver un dia y una noche.
Esa noche mientras el cadáver se velaba, bajo las ramas del guarango y cerca del ojo de agua -así lo había pedido él-; se escucho un murmullo y luego… el silencio…

Una mujer vestida de negro hizo su aparición, y un niño como de mi edad le acompañaba, -todos sabían quién era ella y nadie se atrevió a desalojarla del lugar-.
Lentamente se acerco al cadáver, lo miro tiernamente, le puso una rosa roja en el pecho, y le dijo al niño: este era tu padre…
Luego se alejo tal como había llegado; en silencio...

lunes, 1 de marzo de 2010

Leyenda Urbana:El Santolino

El amanecer le pareció hermoso después de haber tenido una noche tormentosa, que mejor que tomarse unos tragos de licor para templar el cuerpo y espantar los fantasmas que lo perseguían desde su niñez. El negro Facundo salió de su escondite y se dirigió al pueblo, derechito a la cantina del “peludo”, apenas se apareció los parroquianos huyeron como si hubiera llegado la peste. Se fue a un rincón y como siempre lo hacía, pidió una botella de pisco y dos vasos. El primer vaso que se llevó a la boca casi se le cae de las manos porque mucho le temblaba y lo tomó a sorbos, después del segundo trago cedió la resaca y la tembladera se le pasó. Cuando acabó de tomar la bebida junto al amigo que nadie veía, salió del bar y con un gesto burlón respiro profundamente – se creía el dueño del mundo- camino unos pasos, cuando de repente sintió, un puñal que le atravesaba la espalda, se desinfló y cayó de bruces al suelo, quiso defenderse pero varios sujetos ya lo estaban rematando.

Se vio de niño, negrito como el carbón, acurrucado a su madre cerca de un fogón, en una chocita de caña, cubierta de ramas, no conocía a su padre, porque abandonó a su madre al quedar embarazada. Una tarde de invierno cuando tenía siete años, apareció en la puerta de la vivienda un hombre que parecía un fantasma; su madre al verlo se paralizó, e hizo un ademan de huir pero él le rogó que no lo hiciera; lo invito a pasar y conversaron e hicieron otras cosas y se quedó esa noche y otra noche y después todas la noches.
Después supo por boca de su madre que aquel hombre era su padre, que había llegado huyendo de su patrón que le encontró robándole. Al principio aquel ser no demostró su verdadero rostro, pero el tiempo se encargó de quitarle la careta; era violento y abusivo, un tarde cuando regresaba de recoger leña del campo, encontró a su madre con el cuerpo amoratado, instintivamente cogió un cuchillo de la cocina y se le abalanzó a aquel abusivo, pero su padre era más fuerte y de una sola bofetada lo tiró por los suelos y empezó a golpearlo, después de este suceso huyó al monte donde encontró a otros marginados como él, vivían como salvajes robaban animales y frutas, esto robos que empezaron por necesidad, se convertirían luego en actos despreciables, -estos pequeñuelos llegaban a las casa de los yanaconas y a punta de cuchillos les quitaban todas cosas- el botín producto de sus fechorías lo utilizaban en la compra de drogas y alcohol.
Una tarde cuando Facundo caminaba por un atajo rumbo a su escondite, encontró a un animal que se parecía a un chancho estaba amarrado por las patas, y al parecer llevaba varios días así, porque estaba agonizando, cogió su cuchillo que llevaba en el cinto y corto las ataduras; y ante sus ojos el animal empezó a transformarse en hombre, lo reconoció al instante era Benítez más conocido como “yerba mala” porque decían que tenia mas de cien años y no moría. El hechicero al verse descubierto se cortó el brazo y arrancó el SANTOLINO que llevaba debajo de la piel; cogió la cabeza de facundo y le hizo un pequeño corte en la frente donde introdujo la imagen y escupiendo al cielo pronuncio estas palabras:
“hoy es mi momento de morir y a ti te dejo la fuerza y la vida para siempre”
Cuando facundo reaccionó, el viejo estaba muerto.

También llegó a su mente lo ocurrido la noche anterior…
Continuara…