miércoles, 6 de enero de 2010

El Sueño de una Loca Linda

En la época del virreinato, el vecino pueblo de Chancay, tenía el nombre de "Villa de Arnedo” nombre que le puso el virrey Diego López de Zúñiga y Velasco (Conde de Nieva), porque le recordaba una villa que tenía en España. Esta hermosa Villa, estaba ubicada entre el mar y una campiña grande de tierra labrantía; y desembocaba en una amplia bahía, que servía de resguardo o abrigo a las embarcaciones. Estas condiciones hicieron que la nobleza española, la utilizara como residencia de verano. Uno de los últimos ocupantes fue el virrey Amat y Junyet.

Muchos años después… el destino quiso que una de las descendientes de este virrey, llegase a vivir a la villa, ahora convertida en ciudad.

Consuelo llegó en compañía de su esposo y formaron una familia; pero la felicidad fue fugaz para esta joven mujer, porque un accidente automovilístico acabó con la vida de su querido Rómulo, dejándola con 6 hijos y en el más completo desamparo. El dolor que le causó la pronta partida del ser amado, sumió a la viuda en una profunda tristeza, dedicándose todo el tiempo a escribir poemas de amor, hasta que las necesidades económicas por las que atravesaba la familia la hicieron volver a la realidad.

Con el poco dinero que aún le quedaba, doña Consuelo compra un terreno lejos de la ciudad y cerca al mar; allí construye un pequeño hotel, al cual llamó: “Villa Madre Perla”. A unos pasos de dicho hotel se encontraba un acantilado y sobre él, edifica una pequeña “Casita Mirador”, para que sus huéspedes, con más comodidad vean el mar y de paso puedan ubicar el lugar donde fue hundido el buque chileno “La Covadonga”.

Al poco tiempo... el duro trabajo dio sus frutos y con las ganancias que producía el negocio del hotel, decide construir un castillo al estilo medieval al borde del acantilado, junto a la casita mirador. Después de cada día de arduo trabajo, -al caer el sol- sobre la mesita de noche, diseña los planos del castillo que había visto en sus sueños. Es así como a los pocos días empieza la construcción de su anhelado castillo y personalmente se pone a dirigir la obra.

La "loca linda” como fue bautizada doña Consuelo -por los chancayanos- hizo realidad su sueño, despues de 10 años de arduo sacrificio.

En noches de luna llena, los pescadores de mar adentro, creen ver las siluetas de una pareja de enamorados, que cogidos de la mano caminan por la orilla del mar en dirección al castillo, suben luego por las escaleras a la torre más alta, donde muy juntos contemplan el horizonte marino. La tradición cuenta que la bella Consuelo construyó el castillo con la intención de perennizar en el tiempo todo el amor que le tuvo y/o le tiene a su querido Rómulo.

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